Por qué el fiambre de pavo no es tan recomendable en las dietas saludables
El término ‘fiambre’ hace referencia a la carne asada, cocida o curada que se come fría y puede conservarse durante bastante tiempo, así (más o menos) lo define el diccionario de la lengua de la Real Academia Española. Por lo tanto, el fiambre es un producto cárnico procesado o ultraprocesado, de esos que la OMS, basándose en el trabajo del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), considera como alimento cancerígeno. Según los expertos, comer una porción de carne procesada de 50 gramos diarios incrementa el riesgo de sufrir cáncer colorrectal en un 18%, riesgo que aumenta proporcionalmente al incremento del consumo de este tipo de producto. Pues bien, el fiambre de pavo no es recomendable sencillamente porque no es un alimento saludable, podemos decir que es una denominación trampa, ya que precisamente el pavo no es el ingrediente mayoritario en gran parte de los casos, hoy lo podemos ver en concreto con el fiambre de pechuga de pavo Campofrío que ha sido analizado por Beatriz Robles, y que bien define como ‘un producto presuntamente saludable por su escaso aporte calórico o su contenido en proteínas’, pero en realidad, es un producto que contiene una elevada proporción de ingredientes de escasa calidad alimentaria, como la fécula, y un elevado contenido en sal.
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